lunes, 1 de diciembre de 2014

Las Razones del Matrimonio

De sus raíces etimológicas se desprende que el matrimonio es una institución civilizada, es decir, que surge en una vida ordenada y que está destinada fundamentalmente a proteger a la mujer y a los hijos; pero mira  fundamentalmente a la pareja pues se habla de una vinculación ordenada , mutua y recíproca o de una comunidad de suertes (Monroy López, 1997).
Para algunos, el matrimonio es una expresión definitiva de un compromiso sagrado para amar a una persona toda la vida y formar una familia. Dicha expresión se ve reflejada en los ritos católicos al simbolizar su amor eterno e incondicional con la entrega mutua del anillo ante el altar, al ser unidos por el lazo y al recibir la mujer las arras como promesa de estabilidad económica a la familia próxima por formarse. Ante ésta estructura simbólica del matrimonio, los contrayentes acceden a un modo de vida que satisface una múltiple cantidad de necesidades básicas de la vida cotidiana y del yo (estabilidad, compañía, seguridad, autonomía, protección, felicidad, legitimidad social, descendencia).  Así, el deseo de casarse y el mantenimiento de un matrimonio implica una serie de saberes prácticos y reflexivos que le otorgan un valor determinado a la vida matrimonial (Rodríguez Salazar, 2001).


La unidad familiar es considerada sagrada e inviolable, el grupo social más fundamental de la humanidad consolidada por la monogamia sexual.  Sin embargo, en occidente algunas parejas rompen la norma  de la monogamia compartiendo a su cónyuge con otros, incluso con extraños. En su opinión siguen siendo afectiva y emocionalmente fieles con el otro. Aunque estas parejas afirman que están siendo sexualmente sinceras, para la mayoría son adúlteros, sexualmente promiscuos y desafían los sagrados vínculos del matrimonio.
La modernidad ha implicado una serie de condiciones sociales y personales capaces de propiciar nuevas formas de vida y de pensamiento. Las experiencias de la vida urbana, de los medios de comunicación, de la divulgación de la ciencia, etc. constituyen un marco social amplio que posibilita formas inéditas de entendimiento y acción social en la vida cotidiana. De hecho, algunos autores señalan que las representaciones sociales constituyen medios para la renovación de significados, para la incorporación de elementos extraños de la vida social, para hacer comprensible un mundo que tiene como característica principal el cambio constante, esto es, el mundo moderno (Ibáñez, 1988).


Monroy López, J. d. (1997). El concepto de matrimonio.
Rodríguez Salazar, T. (2001). Las razones del matrimonio: representaciones, relatos de vida y sociedad. Guadalajara, Jalisco: CUCSH-UdeG.

Ibáñez García, Tomás (1988). Representaciones sociales, teoría y método, en Tomás Ibáñez (coord.) Ideologías de la vida cotidiana. Barcelona: Sendai.

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